lunes, 9 de junio de 2014

Un sueño de 6 semanas.

Una vez, en algún lugar, leí que soñar es gratis, pero sueños de los que uno cree que pueden cumplirse por vocación, dedicación, fé y determinación.
El pasado jueves tuve el honor de estar en la presentación de la Media Maratón de Vera con la mente puesta en la Carrera Nocturna de la Vía Verde de la Región de Murcia.
Cuando uno ha ganado carreras en bici, ha ganado duatlones, cortos, de distancia, con o sin drafting, de carretera y de montaña, Millas desde 4´22´´ pasando por cross, carreras de montaña, medias maratones, maraton, las fortalezas de Cartagena y ahora un Ultra de casi 80 kms, en 20 años de competiciones sin una sola lesión importante, alguna que otra tendinitis sin más, se pregunta sobre esa buena preparación, vocación, dedicación, fé y determinación, capaz de llegar mucho más lejos de lo que un día llegué a pensar, muy a mi pesar de que el sueño de mi vida de niño era ser ciclista profesional.

Este sábado me esperaba una aventura diferente.
Cuando Juanma Molina me llamó para estar en la Vía Verde, me lo tomé como una prueba para terminarla y disfrutarla. Conforme han ido pasando los días y me he ido viendo mejor, el deseo de intentar hacerla lo mejor posible y de darlo todo ha ido en aumento, en una prueba diferente, dura y con un atractivo muy especial
De camino a Molina de Segura el pasado sábado, mi mujer no paraba de animarme, de decirme que iba a ganar, que lo pasaríamos fenomenal, yo por otra parte, pensaba en la escasa preparación que llevaba, tan solo 6 semanas tras estar casi 2 meses inactivo por un accidente de moto, pero con la confianza que me habían dado los entrenamientos de las últimas 3 semanas, donde pude hacer 3 días de plena calidad, uno con un rodaje de 35 kms a 4´10´´ encontrándome muy bien, otro con un rodaje de 22 kms a 3´39´´ y otro con 14x600 en 1´40´´ con solo 1 minuto de recuperación, el entrenamiento iba encaminado, las sensaciones, tambien.
Me habían dicho que Martín Fiz venía a por la prueba, y que Pedro Serna estaba fino, así que iba a ser duro tan solo intentarlo.

De salida marco un ritmo suave pero constante para una carrera tan larga.
Los últimos rayos de sol por una Vía Verde me trasladan a otro momento espiritualmente, dejo que mi cuerpo y mente fluyan solos comiendo poco a poco kms.
Me voy unos metros que más adelante me alcanzaría Martín, nos paramos para sellar por primera vez y le doy un toque en la espalda, "vamos poco a poco Martín", le digo, a lo que me responde "tírale que yo voy jodido", sobre el km 18-20 veo que se va quedando.
La noche parece que tarda en llegar, poco a poco se va oscureciendo, miro de vez en cuando hacia atrás y parece que poco a poco incremento diferencias, tenía que mantener el ritmo, las piernas iban bien, la respiración tambien, de momento empiezo a disfrutar de la ruta con el nerviosismo que ello conlleva.
Cuando se echa la noche, nos adentramos por unas rectas sin fin con una temperatura muy agradable y Mari Angeles dándome referencias.
Enciendo la linterna por primera vez y empiezan cuestecillas, debo estar por la mitad de la ruta, queda mucho pero hay que ir paso a paso, mentalmente pensaba que haría una carrera de 10 kms, cuando la completara, haría otros 10, y otros 10, así sucesivamente, la mente puede hacerte pasar una mala jugada en pruebas de fondo.
Llego a Bullas, queda poco pero esto ya empieza a hacerse cuesta arriba, aflojo un poco el ritmo para recuperar, ya que la última referencia me indican que Martín se ha retirado y que Pedro Serna viene a 6 minutos.
De Bullas a Cehegín es lo que más largo se me hizo, el cuádriceps interno lo noto cargado, en las bajadas lo sufro, al lado pasa la autovía, recuerdo cuando entrenaba por allí por esas carreteras en mi época ciclista, cualquier cosa es válida para evadir la mente del esfuerzo que llevas en ese momento, la luna hace acto de presencia en una noche en silencio, en soledad, en desear de llegar, de acabar con esa "aventura", me queda poca gasolina, una prueba muy larga para 6 semanas de entrenos.
Llego a Cehegín, mucha gente me conoce, me anima, esto huele a meta aunque desconozco los kms restantes y la referencia con Pedro ha disminuido.
Sólo pienso en llegar, en ducharme, en darme un masaje y recoger el coche en Molina para irme a dormir a Puerto Lumbreras. Llego a Caravaca, ¡¡¡ POR FINNNN !!!, tierra que me gusta, me agrada y se me da bien, he ganado el duatlón, el Cross y ahora el Trail de la Ciudad Santa.
Muy atento a Pedro que venía cerca, me había recortado distancia, terminó muy fuerte, al final le saco tan solo poco más de 4 minutos, ¡¡¡ CARRERON PEDRO !!!, carrera muy disputada.
El hermano de Pedro Serna nos lleva a Molina de Segura, recojemos mi coche y a las 4´15 de la mañana, dormimos y descansamos en casa.

Gracias a la Federación de Atletismo, con Juanma Molina a la cabeza por ofrecerme el reto, gracias a los que me apoyasteis y animasteis, gracias a mi mujer por estar siempre a mi lado y darme tantas referencias, gracias a Pedro Serna por esa pedazo de carrera que disputamos hasta el final, gracias a Martín Fiz, por su amabilidad y por hacerme soñar, y gracias a todos por leerme.